lunes, junio 23, 2014

23/06/2014.- Noche mágica de San Juan en Riópar

Esta noche es cuando la magia hace acto de presencia, donde el fuego quema toda la negatividad y se aparece "la Encantá". En esta Noche magnífica, en esta Noche sin par, víspera del Dia San Juan  quiero aportar mi granito de arena a la magia con unos versos "ad hoc".
Os deseo a todos una buena y nutritiva Jira y un gran día del Santo Patrón.

ROMANCE DEL SOLSTICIO

La luna viste de plata
calles, plaza, monte, huertos…
de fondo croa una rana
y titilan los luceros
sobre la noche callada.

Es San Juan, patrón bendito
para esta Villa serrana,
el de la noche más corta
pero mágica y sagrada.

Con laúdes y bandurrias
y también con mi guitarra
salgo de ronda esta noche
a cantarle a la Encantada
que sale de su escondrijo
en esta noche hechizada.

Se asomará por la grieta
luciendo peine de plata
para ver si pica un tonto
y se lo lleva a su casa.

Tomo la guitarra y canto:
“Asómate a la ventana
que está teniendo la ronda
ganas de juerga y jarana
y aunque seas una leyenda
y aunque el misterio me espanta
voy a cantarte esta noche
tu primera serenata.

Por eso te canto a gritos:
Asómate a la ventana,
y mi voz aguardentosa
desagradable y cascada
será por ti la más fina
delicada y afinada
que son cosas del solsticio
que aún están inexplicadas”.

Mientras rasgueo las cuerdas
e improviso una tonada,
en la Peña de la Torre
una grieta va y se ensancha
o me lo hace a mí la vista,
la mistela o el cazalla.

Sigo mi canto y le canto:
“Asómate a la ventana
y mis manos deformadas
de trabajar la jornada,
mis manos encallecidas
serán la más delicada
pluma de faisán dorado
cuando toco la guitarra
y sentirás los acordes
con la suavidad alada
con la que suenan las arpas
en la Gloria Consagrada”.

Una espesa niebla cubre
toda la Peña y la tapa,
brilla una luz misteriosa
una luz que a mi me espanta,
me quedo patidifuso
aferrado a la guitarra.

Campanillas disonantes
resuenan en la distancia
y se acercan poco a poco
con una calma pausada
que hace presagiar prodigios
en esta noche hechizada.

Advierto, muerto de miedo,
una presencia cercana
que me intimida y me aterra
que me horripila y me espanta
y la luz se ve más cerca
y la luz que no se aparta,
se aproxima lentamente
y se concentra en mi cara,
me deslumbra y me encandila
cuando escucho estas palabras
“-¡Pero pijo! ¡Baldomero!
¿qué haces en noche cerrada
rondando por estos huertos?
¡casi me espantas la cabras!.”

Hoy ya repuesto del todo,
del susto y de la resaca,
me parece que fue un sueño
o una noche alucinada
y sólo quiero olvidar
las peripecias pasadas
en La Peña de la Torre
rondándole a La Encantada


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